El portón se abre sigilosamente, aunque sólo se ve aparecer una mano que indica a los visitantes que pueden entrar en la capilla del monasterio de las monjas Clarisas, donde está instalado el belén. Los primeros en llegar pasan al interior casi a hurtadillas, atendiendo las instrucciones de una señora, que les ruega silencio, y mira de reojo a todos lados, hasta que dice en voz alta: "Ya está aquí el Grupo de Coros y Danzas de Cieza". Comienza 'Tradiciones y costumbres navideñas' a las seis de la tarde interpretando los primeros villancicos con aires huertanos. Conviene que el espectador se busque un buen sitio para no perder detalle de los bailes.
¿Cómo puede el público disfrutar de este espectáculo? Para empezar, con un simple paseo por las calles acompañado a los integrantes de los Coros y danzas de Cieza. Desde la calle Mesones, donde está el convento de las Clarisas, hasta el Colegio Madre del Divino Pastor, siguiendo las indicaciones de los organizadores. Impresionante es también el nacimiento monumental de la Asociación Cultural 'Los Dormis' instalado en el interior de la capilla, que merece visitarse, así como el vecino belén ubicado en la iglesia de San Joaquín.
Se puede reponer fuerzas en las panaderías y pastelerías de la zona, o en encantadores cafés como los de la calle San Sebastián, a cada cual más original, y acercarse al belén municipal que alberga el Museo Siyâsa, montado por la Asociación de Belenistas de Cieza. Desde allí merece la pena seguir descubriendo los cantos de Pascua interpretados por el veterano grupo folclórico en la ermita de San Bartolomé, lugar que acoge el pesebre de la hermandad del patrón de Cieza. Todo en este itinerario navideño es contraste y magia, y más aún si el espectador se concede el privilegio de observar los muchísimos detalles que esconde el casco antiguo.
No resulta fácil sustraerse al ambiente de los Coros y Danzas. La idea se inspira en la antigua costumbre de cantar y bailar villancicos huertanos recorriendo los belenes del casco antiguo, aportando un toque de música y colorido a la Navidad. Lo más singular de la actividad es el carácter netamente costumbrista en el que se desarrolla cada una de las interpretaciones. Son villancicos bailables como la 'Jota navideña' y 'La Virgen es panadera' y 'Suena el pandero y la gaita', entre otros. Toda la esencia de la vida tradicional huertana está presente a lo largo del espectáculo, en el que no faltan los trajes de paseo y de faena, como el de siega. Otro de los guiños a esa forma de vida tradicional lo encarnaba el presidente de los Coros y Danzas, Jesús Saorín, ataviado de pregonero. Es el encargado de introducir por trovos cada actuación y anunciar la siguiente visita.